
la puerta se abrió
a la luz de la mañana,
al cantar de las piedras,
al sonar del campo,
al resplandor de las miradas,
al reír de la lluvia
al brillo del rocío
la puerta se abrió
con su chirrido
y con su pereza
albergándose en el alma
darnos el tiempo
y seducirnos con la esencia
de lo habido
y en esa fiesta de alegría,
de esperas guardadas
de días transcurridos…
el silencio despertó…
y se hizo encuentro
*