(Vigilia de Pentecostés)
Como el incienso de ofrenda,
suben los cantos entonados,
sentir de siempre,
nacidos de un común unir.
Ríos de voz fluyen por las gargantas
con belleza y armonía
unidos en un solo cantar
a una sola voz cantados.
Un cantar y el alma se me eleva
hacia espacios del sentir
lugar sin tiempo, lugar sin lugar.
Sube el cantar de las voces
como fragancia embriagadora
aroma que perfuma el alma
y hace explosionar mi cantar,
me uno a sus voces
para que el alma suba como incienso
y se aloje donde Tú nos sabes amar.
*
sábado, 14 de junio de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 luces en el Silencio:
Publicar un comentario