domingo, 13 de abril de 2008

LA NOCHE



La noche me acoge, me envuelve, me rodea y mi ánimo será reflejo en esta hora de la noche.

La oscuridad no es tristeza, no es desazón, ni angustia si nuestro ser no está desanimado, hundido, ni desconsolado.

La noche es tan sólo una expresión más de la vida. En la noche, nuestros pensamientos se ordenan, se apaciguan o simplemente se acallan. Cuando nuestro sentir se altera, no es culpa de la noche, ni de la oscuridad, sino de nuestro vivir y de nuestra manera de ver las pequeñas cosas de nuestro mundo, de nuestros quehaceres, de nuestro día a día, de nosotros mismos.

A veces, asociamos la noche, la oscuridad y el invierno a nuestras horas tristes, a nuestros momentos de desánimo, a nuestra inquietud, a nuestra inseguridad… pero la noche y la oscuridad pueden ser también momentos de paz, instantes de intimidad o espacios de reposo.

La noche.

Acojámosla siempre como un volver a nuestra casa, un regresar al corazón, un tiempo o unos minutos al hallazgo de lo invisible.

1 luces en el Silencio:

Anónimo dijo...

Quizás la noche, la oscuridad, el invierno... nos da esa sensación de temor, de desconocimiento... y sí es verdad que todo depende de nuestro ánimo.

Me gustó esta reflexión.
Saludos.

María