
Cuando me adentro en ti,
tú, me das calma.
Cuando en ti me cobijo
me envuelves de quietud.
Cuando busco tu refugio
la paz me otorgas.
Mi corazón desea hallarte,
y mi alma te sigue buscando
pero el pensamiento de mi mente
con ideas fugaces sigue jugando
y mi cuerpo se excusa
tras el yendo y viniendo.
¡Cuándo será y que yo comprenda!
Que sí la calma me das
y la paz me otorgas,
solamente mi tiempo pides,
tan sólo mi callado silencio,
donde encontrarte podré
y de llenura de ti me saciaré.
*
3 luces en el Silencio:
Compartí el silencio,
a la luz natural del sol,
a la luz natural de la luna
sin reflejos.
Sólo el silencio de su reflejo,
rompió mi propio silencio,
para reflejarme en Él.
El reflejo me devolvió
una sonrisa, cómplice
a la luz natural del amor,
de quien todo entrega
sin pedir nada a cambio.
De amor me hizo el hombre
que marca mis senderos.
Anónimo, ahí queda tu propio poema. Bello por su naturalidad, por su espontaneidad, limpio por su transparencia y su frescor.
Un abrazo, poeta.
Aquí me despido por hoy Ángels, ha sido un placer leer tanta enseñanza y leerte.
Pienso que estarás de retiro en Huarte... por ello no te espero en esos días.
Gracias y un abrazo.
Ernesto.
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