lunes, 19 de diciembre de 2016

OCASO



... largos días se han sucedido desde mis últimos escritos, y es que a veces las palabras no surgen, no pueden expresar lo que habita en el último recodo de cada uno de nuestro latidos

cómo vocalizar un suspiro, el gesto de un recuerdo, la fragancia de un roce…?

pero la vida es una rueda que gira cada día, en cada amanecer, en cada despertar y termina al llegar la noche, al atardecer… y a veces sentimos como losas la repetición continuada de los días, la monotonía de las horas, la soledad de lo que fue, de lo que ya se fue y de lo que no llegó a ser…

no hay brillo más intenso en el horizonte que el de su ocaso, adolece en ese instante fecundo el recorrido de las horas que nos llevaron hasta él… somos vividos por la vida, sendero de luces y sombras que a veces escogemos y otras encontramos… como marionetas en el teatro del mundo somos manipulados por el sentimiento que nos habita, por el alma que nos domina o por la razón que nos dirige

… en ese punto cegador de la tarde, podemos brillar como líquido caudal que se adentra hacia los recovecos de un latido o sentir como la lava requema un poco más ese recipiente que nos contiene… y así día tras otro, como si el camino fuera un descenso a la soledad que nos habita, habiendo rozado primero, el albor de un amanecer que nos halló dormidos…

*

0 luces en el Silencio: