sábado, 10 de noviembre de 2007

CAMINEMOS CON LIBERTAD

"A VECES AÑORAS LA LIBERTAD, PERO NO QUIERES SOLTAR LAS COSAS PASAJERAS". (La Posada del Silencio, pág. 78)

¡Cuánta certeza en estas palabras!

El estar agobiados, el estar estresados e incluso al estar malhumorados reconocemos que nuestras ataduras o nuestras obligaciones, muchas de ellas las hemos adquirido voluntariamente, las realizamos en ocasiones para revalorizar nuestro ego.

Quién de nosotros no ha dicho en algún momento:

Si no estuviera yo detrás de…
Si no vigilara este asunto o a esta persona… quien sabe lo que hubiera pasado.
Si yo no atendiera… tal cosa u otra.
Si no fuera por mí… vete tú a saber.

Cosas que creemos que sin nuestra presencia o nuestra atención no estarían donde están o no serían como son. Y en ocasiones es cierto, gracias a la figura materna o paterna pues aquel hijo encamina bien sus pasos, gracias a nuestro apoyo una persona encuentra la forma de resolver tal problema o tal otro… y está bien que actuemos así, lo malo es cuando nos tenemos por imprescindibles y creemos que sin nosotros aquello se hundirá o desaparecerá, y es posible, pero nuestra vida, nuestro ser, no es para atarse a un hecho, a una causa o a un propósito, nuestra vida es para vivirla, para compartir, para darla, para expresarla, sin apegos, sin ataduras ni dependencias. Nuestra vida es para vivirla en libertad.

Moratiel no se preocupó de si la escuela tendría o no continuidad, Moratiel no buscó un persona que le sucediera, Moratiel se dedicó a enseñarnos a vivir libremente, sin lazos opresivos, sin redes complicadas, no nos dio fórmulas mágicas o enunciados infalibles, sino los medios que nos capacitaran a ir soltando lo pasajero, nos hacía comprender la libertad de la que dispone el ser humano, y que es la misma vida quien ordena sus cosas, sus quehaceres y nos ordena a nosotros. Dejemos pues actuar a la vida y caminemos por ella en la libertad que nos ha sido dada.

2 luces en el Silencio:

Anónimo dijo...

Si caminamos en el Silencio, caminamos en libertad.
Si nos llenamos de Silencio, nos llenamos de libertad,
Si contagiamos el Silencio, contagiamos la libertad.
Si ejercitamos el Silencio, ejercitamos la libertad...
y asì y asì...
Es tanta la perspectiva que nos proporciona el Silencio y es tanto el horizonte que nos abre, que no podemos dejar de reconocer y experimentar la plenitud de la Vida, el rostro de la Verdad y la alegrìa que otorga la despedida constante.
Imposible la marcha atràs para quien haya empezado el camino del Silencio.
Imposible volver a viejas ataduras que nos impiden ser libres...ya no las soportamos porque bien que experimentamos lo que es vivir afixiados, agobiados, esclavos de nuestro ego.
"El Silencio nos enseña lo que nadie nos puede enseñar" al decir de Moratiel.

Anónimo dijo...

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