sábado, 27 de octubre de 2007

SEGUIR... SEGUIR

UNA HUMILDE LUZ PUEDE ROMPER LAS TINIEBLAS MÁS ESPESAS.
J.F.MORATIEL

Hay días, hay épocas o momentos en los que las tinieblas cubren nuestra vida, no sabemos el por qué, pero la oscuridad se instala en nuestros instantes y aunque nos esforcemos en caminar con la mirada puesta en el horizonte no sabemos encontrar, entre sombras, esa débil línea, ese camino, que es el nuestro. No sabemos donde pisar. La oscuridad cubre nuestros pasos.

Pero saber caminar en la oscuridad tiene su mérito, tiene su valor y su valía, porque nos muestra cómo somos capaces de seguir; seguir solamente guiados por una armonía, una armonía la nuestra, que quizás ahora se nos antoje desarmonizada. ¡Qué incoherencia, pero qué realidad!

Cuando sentimos y vivimos el sonreír de la vida, no solemos darnos cuenta de ello. Somos felices, nos sentimos bien y muy ocasionalmente reparamos en la belleza y la alegría que la vida nos da. Sin embargo, cuando lo grisáceo o la negrura del invierno nos habita o nos visita, es entonces cuando nos lamentamos de la situación. Saber valorar las distintas estaciones de nuestra vida, saber aceptar y vivirlas es lo que va a armonizar nuestra andadura. Saber ver, entender y acoger el oleaje de nuestros días, es lo que nos facilita el que nuestros pasos… quizás temblorosos, quizás inseguros, sigan caminando en busca de ese horizonte que está ahí, delante de nuestra mirada, delante de nuestros ojos y que ahora no sabemos distinguir.

A veces la luz, esa humilde luz de la que nos habla Moratiel, no es más que seguir, seguir… seguir aunque la oscuridad, la tiniebla y el invierno nos rodeen… porque la luz, la auténtica luz que nos ilumina, no está fuera, está dentro.

1 luces en el Silencio:

Anónimo dijo...

Gracias Marìa Angels por tus reflexiones. Y es verdad, asì al menos lo siento yo. Que bien se siente uno cuando reconociendo la noche sabemos que es parte del pereginar, y la acogemos con lo que venga!!!. Màs, a menudo cuando experimentamos la noche, uno se olvida que ella es parte del camino, y queremos escapar de ella o bien nos hundimos en la tristeza sin ser capaces de ver "màs allà".
Pero a medida que nos esmeramos en poner atenciòn, en estar alerta, descubrimos que la noche siempre pasa y tan sòlo existe para mostrar nuestra pequeñez y nuestra sombras...y que bueno es sacar provecho de ello, y crecer en la humildad que nos otorga la verdad. Siempre la vida es una alternancia de noches y dìas...ambos necesarios para vivir...gracias a la sucesiòn de dìas y noches podemos decir como el mismo Moratiel: "vivir... es pasar".